El desarrollo de la velocidad aumenta durante la pubertad. La mayoría de los niños pasa por un desenvolvimiento acentuado en su velocidad en esta fase del crecimiento. Esta mejora puede estar relacionada al aumento de tamaño muscular y corporal.
Incrementos en la fuerza son una influencia positiva para aumentar la velocidad. A partir de la pubertad, el nivel de testosterona en los varones presenta una elevación acentuada, juntamente con la capacidad de aumentar su fuerza. El resultado directo de las ganancias en la fuerza se refleja en el incremento de la velocidad, tanto en el tiempo de reacción como en la corrida. Aunque los varones presenten mejorías nítidas a partir de las últimas etapas de la pubertad, las damas alcanzan su máximo punto de rendimiento en esta fase. Algunos incrementos en la velocidad pueden estar relacionados a la buena coordinación del sistema nervioso a la hora de ejecutar el movimiento y a los músculos envueltos en las acciones rápidas. Como resultado, los brazos consiguen un impulso más potente y las piernas son capaces de ejercer más potencia contra el suelo.
El aumento de la potencia en la parte superior del cuerpo se refleja en la capacidad de lanzar una medice ball lo más lejos posible y mejorar el último score alcanzado. Por otro lado el aumento de la fuerza en las piernas de refleja en la capacidad de chutar una pelota a una mayor distancia que la última registrada. Para la mayoría de los deportes colectivos donde la velocidad factor corrida es importante, la capacidad de mudar de dirección también es relevante.
Objetivo del Entrenamiento
El entrenamiento de velocidad durante la pubertad tiene que tornarse específico para alcanzar niveles superiores. También tiene que ser parte del desarrollo deportivo multilateral y los atletas deben hacerlo juntamente con el desenvolvimiento de otras habilidades.
Durante la pubertad, el entrenamiento de aceleración y velocidad provoca en el sistema nervioso una mejor adaptación, resultando en una mejor coordinación de los músculos responsables por los movimientos de los brazos y piernas. A la medida que la fuerza se desenvuelve en los varones, el tiempo de movimiento disminuye, aumentado la velocidad de corrida y la agilidad de la parte superior del cuerpo. De la misma manera, con el aumento de la fuerza de las piernas, los atletas comienzan a ejercer más potencia contra el suelo y serán capaces de impulsar el cuerpo hacia al frente con una rapidez mucho mayor en la corrida.
Aunque el entrenamiento unisex durante la prépubertad sea posible, es recomendable que en la pubertad en entrenamiento entre los géneros sea dividido. Porque como mencionado a partir de la pubertad los varones se tornan más fuertes, lo que influencia de forma positiva el aumento de la velocidad y los movimientos de los miembros. En consecuencia de estas diferencias, es mejor para las damas y los varones entrenar en grupo separados.
Organizando el programa
Cuando los niños se aproximan a la pospubertad, consiguen aumentar la cantidad total del entrenamiento de velocidad. Usando ejercicios recreacionales, juegos y circuitos o unas simples rutinas de corrida, consiguen aumentar poco a poco la distancia de corrida de 20 para 50 o 60 metros en alta velocidad.
El entrenamiento de velocidad puede ser divertido para los niños y profesores. Pueden realizar diferentes ejercicios envolviendo juegos y sobretodo circuitos. Podemos organizar circuitos utilizando innúmeros ejercicios, como tiros de velocidad, tiros de velocidad con giros, corridas en torno de los conos con cambios de dirección, conducción o lanzamientos de medicine balls o saltos sobre equipamientos seguros de pequeña altura.
También debemos organizar ejercicios especiales para mejorar el tiempo de reacción. La intención es disminuir el tiempo que el atleta demora para mover un miembro, por ejemplo, los brazos y las piernas en la corrida o los brazos al momento de lanzar una pelota. Se pueden alcanzar esas metas en dos etapas simples:
Durante la parte inicial de un ejercicio que mejora el tiempo de movimiento, el profesor se posiciona al frente de los atletas. Al dar una señal visual [palmas] o sonoro [con un pito], los atletas realizaran el ejercicio. Como ellos están en constante observación, realizaran el ejercicio con mayor rapidez.
Con el incremento del tiempo de reacción de los atletas, después de algunos meses o años, el profesor escogerá una posición atrás de los atletas para que el los pueda ver sin que ellos lo vean. En este caso ellos dependerán solamente de la señal sonora. El objetivo de este ejercicio es el mismo; al escuchar la señal, los atletas ejecutaran el ejercicio lo más rápido posible, pero la dificultad habrá sido mayor, pues si dos apitadas significan correr a la derecha y una apitada significa correr a la izquierda y sin ver de donde viene el sonido y tener que codificar la información en el cerebro, hará que las respuestas sean más rápidas con el recorrer del tiempo. Cuanto mas creativo y evolutivo sea tu entrenamiento mejores serán los resultados.
Con la aproximación a la pospubertad, los niños consiguen aumentar progresivamente la intensidad máxima tanto de la velocidad como de la potencia en ejercicios que mejoran la coordinación neuromuscular. Y esto también ocurre con el número de repeticiones. A la medida que se adaptan mejor al entrenamiento consiguen aumentar el número de repeticiones, dependiendo siempre de la tolerancia que el atleta presenta en el trabajo o esfuerzo.
Un elemento fundamental en el entrenamiento de velocidad es el tiempo de reposo entre las repeticiones. Como la capacidad de repetir ejercicios con grande calidad depende de la respuesta del sistema neuromuscular, el tiempo de descanso entre las repeticiones debe durar lo suficiente para obtener una recuperación casi total y así restaurar el combustible necesario la producción de energía y rendir en la próxima repetición.
Como muestra el cuadro 2 podemos usar circuitos para desenvolver la velocidad en la pubertad, pero con distancias más largas que las utilizadas en la prépubertad: 10 – 30 metros, repetidas de cuatro a seis veces, con trechos de descanso de dos a tres minutos. Los niños pueden repetir el entrenamiento de velocidad en línea recta de 20 a 50 metros, de cinco a ocho veces, con un trecho de descanso mas largo, de cuatro a cinco minutos, entre cada repetición. Durante el reposo, es recomendable alongar los músculos para mejorar el relajamiento. En los deportes colectivos, los niños pueden realizar el entrenamiento de velocidad con cambios de dirección, retornos y corridas del tipo corre y para durante 5 a 25 metros, repetidos de 5 a 10 veces, con descansos de dos a tres minutos.
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